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D&D 153 -Editorial-

Escribo este editorial en medio de tres semanas de lluvia incesante. Alguien por ahí habla de la última encíclica escrita por el Papa Francisco, que trata de ecología, entendida por él como el cuidado de nuestra casa común –la tierra–, y que parece revelar todas nuestras preguntas. En torno a este tema nace una mesa de arquitectos que D&D oganiza junto con Hunter Douglas y que propone un amable debate sobre la cuestión de la escala, en materia de construcción. Una problemática que vemos sobre todo en barrios cerrados donde, cada vez más, uno se encuentra con construcciones grandes en exceso que, para calefaccionar o refrigerar, por solo dar un ejemplo, contradicen todas las normas de la sustentabilidad. Curiosamente, si en un buscador ponemos palabras clave como “espacios o construcciones desmesuradas”, aparecen casi únicamente referencias a las bondades del lujo y las maravillas de un determinado estilo de vida. Ninguna crítica a lo excesivo, ostentoso o en demasía. Es como si detrás de esta manera de entender la arquitectura y los espacios, aún subyaciera la vieja –y paradójica– noción de modernidad y progreso: la humanidad conquistando la naturaleza.
Hoy el planeta no deja de manifestar signos de una realidad de cambio climático, en gran parte debido al daño que le provocamos por el uso irresponsable de los recursos. Sin embargo, tenemos esperanza en la conciencia y la responsabilidad que asumen tantos arquitectos y diseñadores que, en su hacer, se comprometen con el cuidado de nuestra casa común. Ejemplos inspiradores no nos faltan: desde el gran Charles Thays que le dio a nuestra ciudad tantas plazas y arboledas o el pensamiento de Le Corbusier, que siempre pensó en integrar naturaleza y cultura en armonía.
Y corrijo el editorial esta mañana, cuando al fin sale el sol.

GYULA KOSICE